Experiencia Students Suites
¡Como lo prometido es deuda aquí os dejamos la experiencia que tuvo Beatriz como Students en nuestra residencia Students Suites!
Si mal no recuerdo, era un día de Semana Santa hace 3 años cuando empezó todo…
Vine con mis padres a pasar un día en Granada, y como era costumbre fuimos a comer a un bar de Pedro Antonio. De repente, vimos una residencia con una fachada muy bonita por esta zona y decidimos entrar, pues al año siguiente y al terminar bachillerato, mi idea era empezar la nueva etapa universitaria en esta ciudad.
Recuerdo que me impresionó mucho la sala de recepción ya que tenía un futbolín y un billar, a parte de la gran variedad de elementos decorativos, sillones y sofás y con una gran tele en el centro.
Un recepcionista muy simpático nos recibió con mucha amabilidad, y no dudó en ofrecerse a mostrarnos todas las instalaciones; comedor, gimnasio, biblioteca, sala de trabajos… a cada cual más llamativa y acogedora. En cuanto a las habitaciones, he de decir que me impactaron ya que no es usual encontrarse un baño propio, una nevera, y una televisión ( entre otras cosas) dentro de estas. Eran de varios tamaños, pero todas me parecieron muy bonitas y agradables, en especial las que tenían balcón con mucha luz…y sin darme cuenta, estaba viendo la que sería mi futura segunda casa.
En Septiembre estaba muy nerviosa, ¡no sabía como iba a ser este gran cambio!; ciudad distinta, universidad, amigos nuevos… Era un cúmulo de sensaciones inexplicables.
La verdad es que tuve suerte, porque el primer día y en la habitación de al lado conocí a una niña muy simpática con la que empecé a relacionarme fácilmente ( hasta el punto de que ahora es mi compañera de piso) . Las novatadas no fueron más que simples juegos y excursiones para conocernos entre todos, sin obligaciones y sin malos ratos, donde empezamos a formar una “pandilla” con la que después de dos años seguimos teniendo bastante relación.
Fiesta de inauguración o bienvenida, Halloween, escapadas a la nieve, excursiones por Granada y un sinfín de actividades muy divertidas…
En un abrir y cerrar de ojos, ya llegó el momento de la despedida, la famosa gran cena de clausura donde cada uno se pone sus mejores galas y… ¡a divertirse!
Como no podía irme tan pronto, decidí quedarme otro año más, el segundo año fue muy distinto. La mayoría de mis amigos se fueron de Erasmus, y otros decidieron irse a piso, por diversos motivos. Y otra vez esa sensación: nervios, novatos, veteranos, caras nuevas… Lo que no podía llegar a imaginarme es que estaba apunto de conocer a personas que formarían un pilar fundamental en mi vida a día de hoy, y que gracias a ellas y a todos los miembros de la residencia, me llevo conmigo una INOLVIDABLE experiencia de mis dos primeros años en Granada que recomendaría sin ninguna duda a cualquier persona que me preguntara sobre dónde irse a vivir para empezar su nueva etapa.
Beatriz Reinoso Uroz